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Posada "Luz Caraballo". Tomada en un viaje a la ciudad de Mérida 2.006. |
La construcción de la posada en toda su simetría era idéntica desde la entrada hasta las habitaciones. Las escaleras estaban construidas con madera pulida y las ventanas de construcción rectangular. En el tercer piso, en un rincón, había una silla diferente a todas las demás. Se trataba de una mecedora elegante de madera. Sin igual a dudas era la imagen de la silla lo que los hizo reaccionar a ambos; no contrastaba con nada de lo que habían visto anteriormente. Era la disparidad en la uniformidad de la posada, como un retazo de cerámica negra en un piso blanco. Seguro que los ocupantes de la posada que pasarían a diario por el pasillo desviarían su atención hacia ese rincón bañado en sombras, con una silla ausente y solitaria. No había duda. Las cosas que no encajan siempre serán para los ojos una piedra en el zapato. “Esto no queda bien ahí” o “Parece que no pega” o “La verdad es que es muy bonito, pero no va”. Todos los objetos no encajados en un lugar y tiempo determinado terminan por eliminarse. Menos las fotografías. En el tercer piso, en la pared que daba con las escaleras, había una fotografía de un arriero y su mula. Caminaban —o por lo menos esa parecía—, por una calle solitaria, vacía, sin recuerdos (porque los recuerdos solo pueden estar en la memoria del arriero y no en la fotografía). La fotografía, en blanco y negro, rememoraba los viejos tiempos de la Mérida de antaño. Definitivamente la imagen del arriero y el burro, transitando por las callejuelas del pueblo, no modelaba con el decorado familiar de la posada. No producía feeling sobre el montón de cosas artesanales que lo decoraban. Era otra pieza dispar dentro del ambiente. La fotografía del arriero y su burro fueron vistos en primer plano por Linda y Ben al subir las escaleras, pero nunca la miraban al bajar. Quizá por encontrarse en una posición poco visible para quien baja las escaleras, pero lo que en cierto modo llamaba la atención era la silla; la condenada silla que había que mirar hacia atrás cuando se bajaba las escaleras, y que de igual forma se veía sólo con la intención de ver que algo no estaba en su sitio.
La manía es casi un paso hacia la locura.
Nota adicional: La fotografía es real. La posada que describo también. Fue un increíble viaje y quise ambientar la novela en ese viaje familiar.
Nota adicional: La fotografía es real. La posada que describo también. Fue un increíble viaje y quise ambientar la novela en ese viaje familiar.
15 escritos rotos:
Me gustó mucho!
La descripción perfectamente nos ambienta en ese lugar. Y que será la silla...
Muchos tenemos retazos de historias que nunca acabamos de contar...
Besos!
Me gusto mucho!!!
¿Y quien no tiene manias? :-)
Un abrazo
De nuevo, obligada me veo a aplaudir.
Tienes muchísimo talento.
Te seguiré aquí ^^
Ricardo:
Muchas cosas en la vida no están en su sitio, desencajan y parecen desubicadas dentro del decorado.
tal vez, la costumbre de verlas no nos permite sacarlas o en el fondo tememos su ausencia.
por algo será que siguen ahí.
kissessss
me encanto¡¡¡
desencajemos, observemos, no permitamos que llegue la costumbre, un abrazo feliz día
Una descripción precisa.
Muy bien escrita.
Saludos.
Yo hace mucho mucho tiempo escribí una cosa rara similar a una novela en la otra computadora.
Obviamente, lo perdí
Buenísima la descripción. ¿Le pondrás un final a tu novela?.
Me gusta mucho lo que leo, aunque me cueste (el blanco sobre negro me viene fatal a mi vista cansada :)
Los humanos somos tan interesantes. Cuántas generaciones nos dictan en la memoria el lugar de las cosas!
Buen punto y buen escrito Ricardo!
Saludos!
Me gusta como escribís!
me encanta como escribis!
Me encanta tu forma de escribir, de expresarte, es increible :)
Me gusta tu blog.
Es muy motivador.
http://sooycomotu.blogspot.com
Gracias por tu visita
te sigo :)
tu historia me ha recordado algo sobre la belleza que leí o escuché hace tiempo, y por eso mismo no recuerdo bien, pero con la idea que me quedé es que la imperfección en algo bello aún hace más hermoso lo que lo es, bello; y ahora, con tu escrito, me quedo también pensando en que hay que valorar las cosas, las situaciones, el tiempo, el espacio, a las personas... en su conjunto, lo que es, lo que no es, la sombra y la luz. La sombra tiene un peso específico en la historia de cada uno, y puede dar valor propio al conjunto y a la luz :)
...me he hecho un pequeño lío jeje ...se nota? :)) muchas gracias por tu comentario :))) biquiñossss
Eres detalle, detalle puro, me ha encantado esta entrada.
Me ha encantado esto: La manía es casi un paso hacia la locura.
Tienes toda la razón!
Quiero felicitarte por la foto, es maravillosa, de verdad: clap!
Interesante descripcion!, da mucho q ver a la imaginación :)...
y con respecto a las manías, creo q son lindas (yo tambien tengo esa, entre otras X)... son un "acento" de lo q te hace diferente al resto...algo para saber apreciar...
un paso hacia la locura?...pues algunas veces es mas bien un paso hacia la "santidad"...;)
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