septiembre 14, 2010

La semilla del vampiro | Cap. 2


CAPÍTULO DOS
NUEVOS ANTESCEDENTES

La habitación de Gabriel era un cómodo lugar rodeado de tablas con soportes en los que reposaban muchos libros. Un ejemplar del IV Centenario del Don Quijote de la Mancha, otro montón de clásicos entre los que figuraban Lope de Vega, José Zorrilla, Francisco de Quevedo, William Shakespeare. En el otro extremo de la biblioteca entre un pequeño compartimiento protegido por un cristal deslizante, una gran colección de novelas de Stephen King, Lovecraft, Highsmith, Poe, Conan Doyle, Rice y Jorge Luis Borges. En otro estante algunos libros y autores de su preferencia Javier Marías, Juan Rulfo, Adolfo Bioy Casares, T.S. Eliot. En los pocos espacios de pared reposaban algunos afiches: uno de la banda Rush mostrando a Neil Pearl en la batería con una baqueta en el aire; otro afiche de Joe Satriani con su guitarra Ibanez con un surtido de colores psicodélicos. Detrás de la puerta un afiche de una modelo rubia, con el sol a sus espaldas, bronceada y una pose seductora entre rocas de mar y olas. Debajo de la ventana se encontraba una computadora apoyada encima de una mesa con formica marrón. Sobre la mesa un montón de papeles, una taza de café humeante y un cenicero con un cigarrillo encendido.
     Los padres de Gabriel no fueron tan permisivos después de lo ocurrido una noche de año nuevo cuando lo encontraron fumando en casa de la tía Margarita. Después de una larga discusión, sus padres se lo permitieron. Al fin y al cabo, no tenían moral para impedírselo, ellos también fumaban como unos empedernidos.
     Gabriel, sentado en el computador, trabajaba en su nueva investigación; probablemente la investigación que lo llevaría hacia un nuevo artículo para el semanario universitario. Él colaboraba en los tiempos libres con artículos de opinión para un semanario llamado La Gente y Sus Alrededores, un semanario universitario de poca tiraje, pero le servía para ir formándose antes de culminar su carrera de periodismo en la universidad pública.
     Esa noche, investigando por la Internet, tropezó con los reportajes de los extraños casos del edificio Paramount. Encontró un artículo que despertó toda su curiosidad. El artículo lo escribía un aficionado y Gabriel pensó: «Vaya, nosotros los aficionados no nos damos por vencidos.» Andrés Rincón era el autor del artículo en cuestión. Se titulaba: «El centro del enigma»:
     Tras el incidente que conmocionó a todos los habitantes y vecinos del edificio Paramount nos hacemos una pregunta: ¿Por qué ocurrió este escandaloso y por más doloroso hecho? Según las fuentes informativas nos indican que en Maracaibo no se había registrado un hecho tan lamentable como el que ocurrió durante el cierre de la década del setenta, cuando un avión al despegar, por error o daños en el sistema, colisionó con las casas cercanas del antiguo aeropuerto de Grano de Oro.
     Realmente hablar de hechos trágicos en esta época se está volviendo algo muy común. Al parecer la ciudad de Maracaibo no escapa de la excepción.
     La familia Duarte: dos niñas, Paulina y María murieron calcinadas sin remedio junto a sus padres en el lamentable incendio del edificio en el año 1.991.
     Por otro lado, el detective Reinaldo Moreno, jefe a cargo de las investigaciones del edificio Paramount, concluyó en lo siguiente: “A las tres menos veinte de la madrugada los generadores de electricidad del edificio hicieron cortocircuito y posteriormente las llamas calcinaron totalmente todos los transformadores y cables. Las familias debían dormir o al menos inadvertidos de lo que ocurría. Las llamas alcanzaron no menos de dos o tres pisos de altura. Fue cuando las llamas alcanzaron a quemar algunas cortinas que se encontraban con las ventanas abiertas, generando un incendio que se convirtió para muchos en el más grande registrado en la ciudad”.
     En el accidente fallecieron dos familias: la antes mencionada familia Duarte y una segunda, habitantes del segundo piso, la señora Lorena Espinoza y su hijo Eduardo. Lamentablemente se desconoce otras hipótesis que respalden lo contrario a lo declarado por los oficiales a cargo de la investigación.
     El oficial González informó esa misma noche que los transformadores estaban defectuosos, por lo que descartan la posibilidad de que el incendio haya sido provocado por terceros.
     Después de vista tales declaraciones nos hacemos la siguiente pregunta: ¿cuál es el gran enigma del Paramount? Porque desde que ocurrió lo antes señalado no se han dejado de escuchar rumores y testimonios de los vecinos. Quejas tras quejas. O mejor aún, con el permiso de los cristianos y religiosos de todas las etnias del planeta tierra: ¿dónde estaba Dios cuándo ocurrió el siniestro? ¿Dónde? ¿Seguirán los misterios atormentando a los vecinos del sector? ¿Se habrá abierto una puerta hacia otra dimensión en el edificio? ¿O esto es simple especulación?

     En el momento en que Gabriel terminaba de leer el documental, la puerta de su habitación se fue abriendo, lentamente, dejando entrever la figura de una joven y simpática chica, de piel morena clara y cabello negro. La muchacha vestía de negro. Él, aún sumergido en la lectura, no se percató de que alguien más se encontraba en su habitación, por lo que la chica lo tomó por sorpresa, provocándole un enorme susto.
     Ahora la muchacha reía a gusto, hasta que terminó por contagiar a Gabriel, el cual acabó por reír también.
     Su amiga Bianca era parte del equipo de trabajo periodístico y su amiga de siempre. Sus padres se conocían desde mucho antes de nacer ellos. Cursaron todos sus estudios juntos, desde la preparatoria hasta el bachillerato, incluyendo las mismas carreras universitarias.
     Bianca disfrutaba con las bromas pesadas. A Gabriel nunca le molestó en lo absoluto. Sin embargo, ese día lo incomodó un poco. Su mente estaba en el edificio y la discusión con su amigo esa tarde.
     —Disculpa —dijo Bianca riendo todavía—. No pude contenerme, te veías tan… distraído, que no quise desaprovechar ese tentador momento.
     —Bueno, está bien —dejando de reír—. Vamos a lo nuestro.
     Miró por encima del hombro de Bianca, como buscando a alguien más, y preguntó:
     —¿Dónde están los demás?
     —Ya deben estar por llegar. Paola me telefoneó y me lo contó todo. Me contó lo de  Carlos. Bueno, no te preocupes, sabes cómo es él cuando se pone así. Ya volverá con el rabo entre las piernas…
     Bianca no había terminado muy bien su frase cuando llevó la mirada hacia el monitor y observó una doble fotografía del edificio Paramount. En la fotografía de la derecha el edificio como originalmente había sido construido: radiante y lleno de vida; y del lado izquierdo, incendiado, consumido por las llamas hasta dejarlo como un carbón.
     —¡El edificio Paramount! —dijo Bianca al verlo—. Éramos muy niños cuando eso ocurrió.
     Gabriel afirmó con la cabeza.
     De pronto un sonido muy fuerte provino de la planta baja, como si se hubiese caído toda la bajilla de la casa al piso. La mamá de Gabriel soltó un grito espantoso.
     —Llegaron los demás —dijo Bianca mirando a Gabriel.
     —Así parece.
     Por la puerta de la habitación aparecieron dos muchachos, jadeando y sudados de pies a cabeza.
     La mamá de Gabriel, una cuarentona que gustaba siempre estar a la moda y a la altura de sus dos hijos para mantener su espíritu joven y rebosante de vida, cocinaba la cena cuando los dos muchachos entraron por la puerta de la casa como almas que se las lleva el diablo, espantándola, y haciendo que ésta soltase los dos platos con los que se proponía a servir la cena.
     «¡Muchachos del carajo!», gritó la mamá de Gabriel. A los dos muchachos no le importó en lo absoluto la algarabía y continuaron, escaleras arriba, hasta llegar a la habitación de su amigo.
     —¿Qué paso allá abajo, Rafael? —preguntó Bianca.
     —No lo sé —dijo jadeando—. Tenemos que contarles algo que ocurrió, es… es extraño, sin nombre… No van a creer cuando les contemos.
     Por otro lado, su otro amigo se secaba el sudor con la manga de la franela.
     —Cálmense los dos, yo iré a ver si mamá está bien —dijo Gabriel—. Cuando regrese me contarán todo detalles.
     Los dos muchachos se miraron y resolvieron afirmaron con la cabeza.

9 escritos rotos:

Ricardo J. Román dijo...

Marlene:
Este mensaje es para ti especialmente, quien me pregunta siempre qué paso con aquella historia de la cocinera y es algo que tengo en deuda quizá no contigo, sino con muchos que se engancharon con esa historia. Pronto estaré colgándola aquí, en un formato pdf, para aquellos que deseen leerla :)

¡Saludos!

Ricardo J. Román dijo...

Marlene:
Este mensaje es para ti especialmente, quien me pregunta siempre qué paso con aquella historia de la cocinera y es algo que tengo en deuda quizá no contigo, sino con muchos que se engancharon con esa historia. Pronto estaré colgándola aquí, en un formato pdf, para aquellos que deseen leerla :)

¡Saludos!

For the heart i once had dijo...

Me tendré que poner a leer el capítulo 1 pero pinta muy bueno,!Un saludo;)

Nada más importa dijo...

Lo tuyo son las novelas, definitivamente.

Pd: tengo que responderte el mail, solo que no estoy con tiempo.

Besos Ricardo!

Almenara dijo...

No me había dado cuenta que habias publicado el segundo capitulo.
Escribes excelente, me va gustando el personaje de Gabriel..

Josefina dijo...

ay me re atrapo, es genial. un besooo.

Mai dijo...

Muchísimas gracias! Comentarios como el tuyo me hacen seguir adelante con el blog.
Yo no soy mucho de historias de vampiros pero lo poco que he leído tiene muy buena pinta!
Un beso

Ricardo Miñana dijo...

Excelente relato Ricardo, tienes
arte para las novelas.
un placer leerte.
que tengas una feliz semana.

Unknown dijo...

ya pegada en la novela y la mama de gabriel me recuerda un poquito en la mia, al menos en como se expresa XD.

 
 

El Bosque

Mi primera novela El Bosque (2.001), en pequeñas entregas semanales. Podrás descargarlas de forma gratuita en formato PDF, muy pronto.

Libros recomendados

  • Adolfo Bioy Casares - La invensión de Morel
  • Edgar Allan Poe - Narraciones extraordinarias
  • Javier Marías - Mañana en la batalla piensa en mí
  • José Saramago - Ensayo sobre la lucidez
  • Mempo Giardinelli - Imposible equilibrio
  • Orhan Pamuk - Nieve
  • Ray Bradbury - Fahrenheit 451
  • Stephen King - Un saco de huesos
  • William Faulkner - El sonido y la furia

Escena Final

Escena Final narra la historia de dos amigos que deciden realizar películas de terror y compartir un sueño, asustar a todos con especies de espectáculos reales, pero las cosas se tornarán difíciles cuando empiecen a jugarse la vida en la última escena.

Sobrevivientes pronto en PDF

Sobrevivientes, mi nueva novela, podrán disfrutarla en formato .pdf en unas semanas. La versión digital ofrecerá un par de capítulos distintos al original que guardo en mi gaveta y espero llevar a una editorial muy pronto. La novela narra la historia de un grupo de personas que deciden escapar de una ciudad infectada por un extraño virus que afecta, principalmente, el agua.